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Casa Sopocachi

Olga, Carmen y Tita

Ustedes se deben acordar de la casa de la Forno, o sea  el departamento grande  donde vivía la Tita antes de irse a su casa en Calacoto, bueno entramos y que creen? la primera persona que veo a la Carmen  con el Adolfito y gorda como yo, o sea  que el Lucho  la hizo traer a su lado,  les  diré como nos acomodamos, pobre tu abuela Rosa, la casa era de ella y creo le caímos todos, el Reynaldo,  la Tita , la Liliana  y el Oki  por nacer,  en el cuarto grande  con las ventanas largas, tu abuela en el cuarto del medio  nosotros en el último el que estaba al lado del baño, y en el piso de arriba con la terraza vivían el Lucho, la Carmen y el Adolfito, Javier en camino. O sea éramos un familión,  iban a ser 6 niños.   Esa noche cenamos en el comedor que era grande, separado del living, siempre  tu abuela ponía mesas muy bonitas, con manteles blancos  almidonados y servilletas de tela, la cena era sopita clara, segundo plato de carne o pollo, , postre y café, yo no sabía nada del café así que no tomaba, esto se repetía cada noche, había una cocinera y una de adentro como decía tu abuela, o sea la que arreglaba  y limpiaba la casa, el almuerzo era otro rito con una ensalada antes de la sopa,  las sopas eran  chairo, etc., esa noche no sé cómo dormí, me imagino bien, lo único que quería era ver a mi mamá.  Tenía que esperar que alguien me lleve, yo no  tenía  idea donde estaba, solo sabía que era un cerro lleno de montones de tierra y piedras y eso me hacía llorar. Yo me levanté a las 6 de la mañana y desde entonces hice lo mismo por décadas, preparé  el porridge que era avena con leche y mitad de huevo y una mamadera de leche, pero esa mañana mi Ivancito estaba verde, mal, me puse a llorar y pedía un médico no sé quién fue y trajo al Dr. Asbún que  vivía al frente pero era cirujano, pero igual salvó a mi hijo, le dio suero y no sé que más, pero a los dos días Iván estaba sano, todos los día eran así, solo que yo ya hacía el desayuno para el Adolfito porque sus padres dormían a pierna suelta y nadie lo atendía y yo veía su carita, era blanco casi transparente y flaquito entonces los sentaba a los dos en la mesita de la cocina y les daba de comer, comían bien y se ponían a jugar, me olvidé, estaba la Liliana también, pero a ella la atendía la empleada, cuando ya se levantaban todos, yo estaba bañada y vestida, la cocinera ponía la mesa y todos juntos, ya bañados y vestidos, excepto Carmen que no se levantaba hasta las doce, la cocinera le llevaba  el desayuno a la cama,  tomábamos el desayuno, había de todo, se acababa el desayuno, nadie alzaba ni una taza y los hombres salían, no sé dónde, el Nanhy no trabajaba aún, pero iría a dar sus informes no sé, arreglaba mi cuarto, lavaba la ropita del Iván, la secaba y planchaba, por supuesto no ese minuto, durante el día, el primer día yo asolo quería ir donde mi mamá, a nadie le importaba, al fin el Nanhy se compadeció y me llevó en un taxi con el Iván , me dijo te recojo a las doce, no entró, nunca entraba, eso ya me pareció raro, no dije nada, mi encuentro con mi  mamá se pueden imaginar, era más lo que lloraba que lo que hablaba, se hicieron las doce, me tenía que ir, sin saber cuándo volvería, no sabía ni donde estaba, pero alegre por haber visto a mi mamá después de años, ella me decía has cambiado mucho, para mí ella estaba igual que la dejé.

NACIMIENTO NADIA

Diariamente la vida transcurría así, llegó abril y el 19 yo estaba indispuesta, en la noche  el Nanhy me llevó a la clínica «Santa Isabel», que según decían era lo mejor de lo mejor, el 20 de abril a las 4:15 a.m. nació una niña, bella como el sol, sin un pelo, blanca como la luna, cuando yo vi a  los que habían nacido, me quede feliz, ya no me preocupé que me la cambien, ella era las más blanca y rubia, sin un pelo, todo lo contrario de Iván que nació tan peludo.

En la tarde vino a verme toda la familia, llena de regalos, nadie podía creer que acababa de tener una hija, estaba con una bata y un hermoso camisón, la gente que quería ver al bebé tenía que ir a la sala de los recién nacidos, al día siguiente me dieron de alta. Ya tenía dos hijos y aún no sabía ni cómo llegaron. Pero los amaba tanto y los veía tan hermoso, no creía que podían ser mis hijos. Los cuidaba como a cristales, los bañaba, los vestía con hermosa ropa, no dejaba que nadie se acerque por los microbios, yo creo que era feliz así, aunque creo que al Nanhy le parecía aburrido, teníamos un auto cero kms. Ford que trajo el Nanhy, yo no participaba en nada de dinero,  tenía casa, comida y empleada para que limpie, yo me encargaba de la comida de mis hijos y de la  ropa de los niños  y mi ropa, lo demás lavaban las empleadas, ahora pienso como podían resistir tanto trabajo, a mano lavaban, manteles, servilletas, sábanas, camisas, etc.,  planchaban, almidonaban, etc., ¡ qué horror! cada día se cambiaba mantel y servilletas.

Tu  abuela me enseñó a cuidar  mi ropa, porque ella también cuidaba la de ella, tu abuela me enseñó muchas cosas que hasta ahora agradezco.

BAUTIZO NADIA

Los padrinos bautizando a Nadia

El 5 de junio de 1955, se bautizó la Nadia  con una gran fiesta,  mi mamá y mi hermano Emilio eran los padrinos, mi papá no vivía en La Paz, ese día era su cumpleaños, fue una gran fiesta  y el reconocimiento de la dos familias, Adolfo era amigo de tu papá, vinieron todos, Emilio estaba muy bien económicamente y se hizo cargo de toda la fiesta, champan, whisky. La cena encargada deliciosa, esa noche Lulú y Emilio bailaron una milonga que dejó a todos mudos y aplaudieron hasta morir, nunca se olvidaron, pero tu papá como siempre a hurtadillas, casi no participaba, fue hasta salir el sol, nadie se emborrachó, nadie peleó, todos contentos, yo pensé que de ese día en adelante las cosas serán mejores.

Iván, yo y Nadia

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Llegada a La Paz

Salimos de Arica  pensando en un viaje en tren, pero Dios mío, era una chatarra, que sonaba por todas partes, estábamos en un camarote con dos camas y nuestro equipaje ahí mismo, el baúl y las maletas. Apenas te podías mover,  menos mal que viajamos   de noche y llegamos hacia el mediodía  a La Paz. Que espanto, nos dormimos como pudimos, en la mañana por supuesto mi príncipe tenía hambre yo había llevado un termo con agua filtrada pero se había terminado, al mozo le di una propina y le dije tráigame el agua bien hervida y limpia, limpia? me pregunté, no creo, pero trajo  agua bastante pasable, le hice leche a mi nene y luego fuimos al coche comedor a tomar desayuno, un asco, un té aguado frío y un pan de tres días, yo preferí morirme y no comer eso, volvimos al camarote.  Estábamos llegando al alto, menos mal que entonces era una pampa de paso, no había casas ni nada, así que esa gente no había nacido por suerte. Pasamos el alto, creo que tardó dos horas y al fin llegamos a la ciudad de La Paz, era un villorrio a mis ojos,  yo no pensé que vivía en una ciudad tan fea, nos  esperaban los Sanginés, no sé ahora quienes, fuimos en auto  no había  más que una carreta angosta y llena de baches, el sol brillaba y el cielo era tan azul que no creía que existía un cielo así  me había acostumbrado al cielo  plomo  lleno de fog (niebla).  Eso  me hizo recordar que cuando estaba en mi casa, me echaba en la terraza y jugaba con las nubes, les daba diferentes formas, me hizo alegrar por un momento porque llegamos a un cerro lleno de tierra y piedras y me dijeron ya estamos cerca, ahí me puse a llorar y le dije al Nanhy  como puedes traerme a vivir a un cerro? él me dijo no es un cerro están  arreglando las calles ya verás la casa es grande y bonita.

Vista panorámica de El Prado con la Fuente de Neptuno. Antes, el paseo era conocido como “La Alameda”.
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Rumbo a Bolivia

Estábamos preparando el retorno antes de Navidad de 1954 a 1955 entonces dejamos que el niño juegue con las bolitas, en esa época se rompían entonces tiraba al suelo y reía cuando se rompían, todo deshicimos, ya en marzo estaba todo listo solo llevamos el baúl azul que todos han conocido y cuatro maletas, volvíamos en barco también, pero ésta vez era un trasatlántico el REINA DEL PACÍFICO», hermoso elegante , varios salones de  té, de cena de almuerzo , un menú de reyes.

Estaba tan gorda que apenas caminaba y ahí  el Iván corría como si siempre hubiera estado en un barco, le decían marinerito, yo la verdad no lo disfruté, me pasé vomitando casi todo el viaje, hubo una tremenda tormenta, que en el camarote se cayeron todos los frascos desde la repisa, unos se rompieron, yo estaba tan mal que quería que se hunda el barco y descansar, salimos de Liverpool, llegamos a  la Coruña a  recoger pasajeros y otros se quedaban, por supuesto bajamos, pero les cuento que yo llevaba pantalones, en Inglaterra se usaba mucho, se llamaban slacks,  me paró un guardia costero y me dijo no puede bajar así,  póngase una falda o vestido porque está ofendiendo la moral de España, casi muero como comprenderán, pero me fui a cambiar, ya me había pasado en una confitería en Madrid me hicieron poner mi saco del traje sastre que llevaba  porque me lo saqué y quedé solo con mi blusa, se acercó el mozo y me dijo cúbrase, aquí no puede estar así,  me puse mi  saco, moría de calor, y le dije  a Maruja por qué, y me dice se te ven tus brazos  porque las mangas eran transparentes. Después Santander, cuando ya estuvimos en mar abierto se calmó todo y yo mejoré, pude ir a comer las 3 comidas y un té a las 5 de la tarde.  Había orquesta en la cena un día de solo mujeres con violines, otro día  de música del caribe porque seguramente ya estábamos en aguas del caribe, llegamos a la Habana  era un espectáculo, pasar cerca de la avenida llena de autos  de lujo, yates, Patiño tenía uno ahí, y el barco bordea la bahía y cuando atraca  es un mar bello transparente, parece un diamante, se ven hasta los corales dentro del agua. La Habana, quién la viera ahora y quién la vio antes, parece un sueño, mejor una pesadilla, porque la verdad, era una ciudad hermosa , ahora es hermosa pero se nota su pobreza, en esa época todo era lindo, esas casas que ahora están derruidas, las calles rotas, todo era una belleza, la gente cantaba en las calles pero no por monedas, si no para alegrar a los turistas que eran miles, estuvimos tres días mientras cargaban el barco pero podíamos comer y dormir en el barco, el Iván se tiraba encima de los plátanos cuando estaban cargando y al menos se comía tres plátanos, amarillos, limpios con sus sellos, le encantaba el plátano, fuimos al morro cuando estaba lleno de presos políticos que seguramente han padecido  mucho, ahí hacían ellos artesanías, yo compré una polvera en esa época se usaba polveras para poner tu polvo preferido y te pasabas con una  brocha, si querías todo el cuerpo  o solo tu cara, y compré un mantilla bella hecha a mano, ustedes han conocido eso, porque lo he tenido años, hasta que una amiga me pidió prestada la mantilla, y después me dijo te la devolví y así perdími mantilla, la Tati  tiene una foto con esa mantilla en un red and white.  Bello el mar, el Morro mismo, las avenidas, quedé loca, me pareció el paraíso, que pena de país ahora, dan ganas de llorar, al tercer día partimos.

Salimos de la Habana, vistas inolvidables, el barco bordea todo el paseo marítimo, y se la veía tan hermosa, un cielo azul añil, sus edificios que eran hoteles de lujo, algo increíble, ya no queda nada de ese esplendor solo la belleza natural que  ni los comunistas pudieron destruir, partimos porque estábamos en el atlántico y teníamos que cruzar al pacífico, eso era mediante el canal de Panamá, la espera es larga así que nos dejaron bajar en la ciudad, todo hermoso, jamás como la Habana.

La Habana 1952

Luego subimos al barco para cruzar el canal, no puedo decir ahora cuántas horas tardamos, yo estaba tan emocionada, además tenía miedo que Iván quiera saltar, la verdad si ustedes han cruzado el canal saben lo que es eso, majestuoso, indescriptible,  estamos ya en el pacífico, otro color de mar, medio verdoso, el atlántico es azul, azul, otro olor, el pacífico es verdoso y helado, y tiene más olor a pescado,  llegamos  a Cali  Colombia, preciosa ciudad típica española , conservada tal cual era en la colonia, ahí tomamos coco  con una bombilla para chupar helado, hacía un calor terrible, paseamos  y la ciudad era  linda, volvimos al barco ya para dormir y llegar a Arica nuestro destino final.

          Llegamos a Arica,  para mi alegría vivía mi hermana Beatriz, casada con el Jorge Crespo, él tenía una agencia aduanera y estaba en Arica por trabajo, nos fueron a buscar al puerto. 

Mi hermana Betty

En Arica no es profundo el mar para recibir barcos tan grandes,  el barco atraca lejos, tuvimos que subir a   una lancha que te lleva al puerto, del   equipaje se ocuparon los de la empresa naviera de llevarlo a dónde nosotros les dijimos.  Fue un encuentro muy hermoso, Betty tenía al Pepito de la edad de Iván, nos llevaron a a su casa.  El Jorge  muy amable con tu papá, a mí me veía aún  como cuando me conoció de 12 años, pero empezamos hablar nosotras aparte  de ellos,  el pepe y el Iván peleaban por un muñeco que trajimos, era alambre forrado y el muñeco podía hacer todas las formas posibles, y eso los tuvo horas, dame y  te quito.   Como  llegamos en la mañana fuimos con Betty  a comprar  cosas de comer, ella quería que yo escoja, yo lo único que escogí fue una sandía del tamaño de la luna, que era una delicia, cuando llegamos a la casa la corté, y empecé a comerla, almorzamos, etc. y  yo seguía con mi sandía, hasta que la terminé, en la noche casi dejo mis huesos en Arica por glotona, un cólico de muerte que me llevaron a un hospital, al día siguiente teníamos que tomar el tren de la tarde y seguir el viaje a La Paz, menos mal, mejoré , no te olvides que tenía un bebé dentro  mío que era fácil morir o que nazca el niño. En esas épocas no sabías el género de tus hijos, me tincaba que era mujer, salimos hacia la estación con mi hermana,  su marido el Pepito y nosotros en su auto, ellos esperaron hasta que partió el tren, ¡que viaje!

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Mi vida en Liverpool

En ese tiempo sucedieron varias cosas, tu papá me enseñó a tender camas como él hacía en la escuela militar de las Palmas en Lima- Perú, después me enseño a planchar, no tan bien, luego yo perfeccioné, como todo, la cosa es empezar, leía mucho y aprendía muchas cosas, mi radio era la de Andorra, ya sabía cantos y conocía los cantores, un día el Nanhy me dijo por qué no estudias inglés? yo le dije que lindo, y empecé a estudiar con una profesora que se llamaba Sra. Mason, gran profesora y yo gran alumna, ya no tenía  tiempo de aburrirme, estudiaba, cocinaba , la ropa nuestra la  llevaba  a la lavandería y engordaba a ojos vista, tuvieron que cortarme el anillo de boda de mi dedo porque se estaba incrustando, ya tenía doctor y todo estaba bien.

Como decía antes todo transcurría muy bien, nos volvimos respetuosos de las leyes, si decía hoy no se come carne , aunque veías en las carnicerías carne,  no comprabas,  así era con todo, pan blanco, azúcar, dulces, etc. nadie infringía la norma, por eso creo que toda mi vida nunca pude romper las reglas , un día creo que era julio o agosto algo por ahí tu papá dijo que llegaría  el Lucho, iré a recogerlo a Londres, te quedarás sola, yo era tan miedosa, que lloré toda la noche con todas las luces prendidas, en la mañana ya llegaron, después de tanto sufrir, mi  compañía era mi barrigota con mi hijito adentro que yo me lo imaginaba tal cual ha  sido.

Mi hijo  me escuchaba cantarle cantos españoles, no sabía más que himnos del colegio , así que escuchaba tanto a Juanito Balderrama y por igual que ya sabía cuándo era por bulerías y cuando por peteneras, y le cantaba a  mi bebé, te quiero más que  a mi vida, te quiero más que a mis ojos etc. Esa noche que me     quedé sola  no dormí  hasta que llegaron, iluminé la casa  y al fin llegaron creo que era el amanecer, ya estaba todo listo para el Lucho.  Algo ya sabía cocinar y pude darles de comer y cuando no podía íbamos al restaurant, yo ya sabía bastante inglés con mi maestra, mis libros y todo eso.  El Lucho me acompañaba a cargar las bolsas del mercado, paseábamos y nos hicimos amigos, ya estaba por nacer  mi niño,  estaba segura que era hombre, nunca lo dudé, ya teníamos todo para el niño, cuna, ropa, bañera etc.  

Anécdota 1

Un día en Livepool, en la casa, dije haré un pollo como veía en las películas,  fui compré el pollo, era la primera vez que veía a un pollo muerto, claro que no pensé que lo habían matado, me lo dieron bien envuelto en un plástico y me dieron una bolsa, estaba tan bien envuelto en el plástico que  yo creía que era parte del pollo, lo metí al horno, previa enseñanza de la señora portera ,que prendió el horno y me dejó, me indicó solo como apagar, metí el pollo al horno en una fuente sin nada y esperé que cueza , llegó tu papá y me dijo tanto humo? Qué pasa?  Será el pollo?, qué pollo? he metido uno al horno para comer ahora, no había Iván, abrió el horno, y era una humareda , y el pollo era un pedazo de carbón, menos mal que entonces no habían detectores de humo, porque hubiesen venido los bomberos, como es en la actualidad, que recurso?  salir a comer y ventilar a casa. Jajajaja.

Anécdota 2

Era invierno, oscuridad, frío, nieve, toda la gente llegando a su casa después del trabajo, bien abrigados, ya a las tres de la tarde era tan oscuro como las doce de la noche, 5 de la tarde lega el Nanhy y el Lucho dice iré a dar una vuelta, él le dice no salgas , hace mucho frío , ohhhhh dice el Lucho, en España hacía más frío y yo salía es muy temprano para dormir, yo refuerzo y le digo ojalá llegues dos cuadras, no hizo caso,mi mamá ya me había mandado unas recetas para hacer sopa y empecé a hacer bien las sopas, con el frío solo querías comer cosas así, adentro era cálido, pero en la noche comíamos sopas que las hacía bien , además salir era espantoso.

A los 15 o 20 minutos vemos llegar a un cadáver, lleno de nieve, le caían pedazos de hielo de su cabeza, su chalina era dura y todo él, no hablaba y como un autómata empezó a medio a caminar y le serví una sopa hirviendo que la tomó como si fuera helado, luego se fue a nuestro dormitorio porque ahí había una estufa de carbón y estaba prendida, se calentaba el cuarto antes de irnos a dormir para apagar la estufa y no morir. Se tiró al suelo cerca de la estufa, mas bien dentro de la estufa, y se quedó dormido, nosotros empezamos a comer y cuando escuchamos un grito terrible, corrimos al cuarto el Lucho se tapaba a cara , nos decía llorando, soy un mounstro, soy un mounstro, qué ha pasado?, tanto era su frío que se empezó a arder su abrigo y las puntas de sus zapatos, y no sentía , sacó su encendedor le echó el gas a estufa y salió una llama tan grande que lo envolvió, pero el creyó que se había quemado su cara, menos mal que no, pero ardía por todas partes, al final el Nanhy le sacó la ropa y lo envolvió en una bata,solo se había quemado sus pestañas, se quedó sin pestañas , tan largas que eran, jajajaja.

Llegada al mundo de Iván

NACIMIENTO IVAN, LIVERPÒOL- ENGLAND

El día sábado 17 de octubre de 1953 a las 8:15 de la noche, con tres kilos 250 grs. nació mi hijito  en el hospital, solo me permitieron  verlo un rato hicieron que mame un poquito, y se lo llevaron esto el 17, el 18 me  tuvieron en el hospital haciendo gimnasia, tomando ovomaltine y durmiendo en las tardes.   Me atendió mi médico vecino, creo que era caro pero el hospital era gratis porque la medicina es gratuita para todos, así que no sé si cobró el médico o no, yo no sabía nada de plata, tú papá manejaba todo y  yo tenía mi cuenta con algo de plata, pero  compraba todo y siempre tenía suficiente para pagar, aprendí a llenar cheques y a sumar , mi bebé era tan lindo, cuando nació era peludo con pelos hasta en los hombros, yo feliz porque era el único «negrito», digamos así porque era blanco pero de cabello negro, esa noche nacieron 19 bebés, y él era el único así, de pelo negro que no me lo podían cambiar, que ese era MI TEMOR, porque recién había leído una novela donde en el hospital le cambian al hijo, sufría con eso horrores y que tenga 6 dedos, creía que eso era lo peor, me levantaron al día siguiente, me bañaron y me pusieron un camisón mío y me dijeron mañana se va, ¡qué alegría!.

LA FAMILIA DE ENTONCES

Luego llegué a mi casa, fue terrible, habían utilizado todo los platos y tazas incluso compraron varios de toda clase, no lavaron nada, llegando del hospital me puse a lavar todo, lo que ya no servía lo tiré al tacho de basura, limpié el  piso, limpié todo, la casa quedó brillando, ya  mi hijito tenía su cuna hermosa  en otro cuarto, después lo bañé como me enseñaron y le puse su nightdress (camisón) yo tenía mucha leche y lo alimenté muy bien, tanto que a sus 8 meses estaba a dieta estricta.

 El Lucho ya tenía que irse a Bolivia, así que en noviembre 5, lo bautizamos en una Iglesia creo que era Anglicana, se llamaba  Paris Church, cerca de la casa, lo sacábamos en coche. Lo que me acuerdo es la  primera Navidad,  estábamos solos los 3, hicimos árbol, cenamos y todo eso,  compramos el oso Moscowa, tu papá era comunista, yo ahí aprendí izquierda y derecha, empecé a leer libros y poesía de escritores españoles  famosos, comencé a conocer sobre la guerra civil, ya conocía un poco de Franco y sus serenos, todos eran gente que espiaba a los habitantes porque aún quedaban muchos «rebeldes»  claro te indignabas cuando te contaban  todo lo que   se  hicieron  de ambos  lados, fue una guerra cruenta, y había tal miseria en esa época, la peor de España, en Inglaterra habían barrios enteros destruidos, recién leyendo aprendí que era el saldo de la 2da guerra mundial , pero España pasó la 1ra guerra mundial, su guerra civil, y casi de inmediato la 2da guerra mundial. Pobres países, eso es lo que nunca Bolivia ha  comprendido, para ser mejor, porque no sabemos lo que es sufrir de verdad. Otra cosa que puedo contar para que cuando pasen los años se entienda, es que tu papá se compraba  una botella de whisky semanal, tomaba un traguito antes de la comida, eso  era todo, con el Lucho siguió igual pero  al Lucho no lo dejaba beber.

Ese primer año, se me pasó entre  atender a mi hijo, que lo hice engordar tanto que lo pusieron  a dieta, yo creía que tenía que comer todo el día.

venían  las visitadoras sociales y te iban enseñando a cuidar a tu bebé, casi lo maté de tanto abrigo que le puse, ese día   nevaba y hacía frío pero afuera, adentro había calefacción, yo puse la estufa a carbón, lo tapé con una colcha de vicuña ,y estaba morado y yo en blusita, Dios es grande,  llegó la visitadora social y lo salvó de morir,  le sacó toda su ropa , apagó el carbón, me dijo de todo menos mal que  apenas entendí algo, y me mostró el camisón y su pañal y me dijo en 20 idiomas  solo esto nada más, me repitió hasta que lloré, yo le decía gracias porque ya entendí el drama, estaba matando a mi hijo, ayyyyyy Dios mío.

Cuando me acuerdo me horrorizo, como pude ser tan ignorante, al final entre médicos que lo llevaba cada semana , visitadoras sociales, aprendí con lágrimas  que era un ser humano, no un muñeco.

Era tan hermoso, mi compañero,  lo llevaba a Southport de paseo en ferry, todo el verano pasamos paseando y yo muy orgullosa de mi hijito tan hermoso.

Lo amaba tanto que tenía miedo que pase algo, pero felizmente no, creció  y comenzó hablar y a caminar al año y dos meses. Pasó el tiempo, llegó el cumpleaños del niño y tomamos  fotos

Cuando el Lucho viajó prometió a su hermano que continuaría sus estudios en la universidad y que se graduaría lo más rápido que pueda, que mandaría a la  Carmen  una pensión para el niño.  Después de unos meses nos tocó retornar, no porque teníamos que volver, si no que yo estaba esperando a la Nadia, era mucho para mí, alzar al Iván, cocinar,  lavar planchar porque a  todo esto yo hervía los pañales del niño en un bañador enorme que me compré, después  los secaba al sol en una habitación vacía que había y pusimos cuerdas de lado   a lado, y luego planchaba  con una prolijidad no dejaba nada sin planchar, ni un doblez, tenía miedo que se contagie, porque había una epidemia de polio y yo no lo sabía hasta que alguien en el hospital me dijo, porque yo veía todos los niños con fierros en las piernas, era terrible, más bien que pregunté no sabíamos que era polio,  porque al Iván lo llevaba cada semana  porque le ponían un fierrito en el pie porque nació con el pie doblado entonces estaba en tratamiento y cada semana le cambiaban, ya sabes la medicina gratis, el Iván tenía su propia tarjeta  sanitaria  y de alimentos, eso te dejaba en la casa el lechero cada semana , la leche,  el aceite de hígado de bacalao y el jugo de naranja concentrado, aunque el Iván  tomaba el pecho hasta que cumplió un año, era un lechero bárbaro, pobre Ivancito, cuanto habrá sufrido con su madre que no sabía nada, mi tesoro.

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Totalmente repuesta regreso a casa

Faltaba poco para el verano, era una primavera hermosa en Madrid, me daba pena dejar ese clima tan hermoso, y pensaba en la nieve, pero llegó el día de volver a casa, me acuerdo que me enseñaron a tejer, y en todo ese tiempo que estuve en casa de la señora María hice un chaleco guindo para tu papá, me imagino que me costó mucho, era una birria pero para mí era lindo porque era la primera vez que yo hacía algo, no sé si esto lo haría ahora, pero eso  sí recuerden que toditos ustedes usaron la primera chompita hecha por mí para su primer día de nacidos, siempre fue blanca y yo la creía bonita.

Esa noche de mi llegada fuimos a comer a un sitio que tu papá ya conocía y la comida era pasable, en ese lugar  comimos  bastante tiempo, yo no sabía ni hervir agua, entonces escribía a mi mamá preguntándole cosas que nunca haría, solo la sopa pude hacer, mis fracasos fueron increíbles, pero paseando por la acera, nuestra casa era en pleno centro, vimos una tienda de juguetes, pero ya estaba cerrada, allí a las 5 se cierra todo, ahí estaba el oso que compró tu papá al  día  siguiente y había una bella muñeca que yo quería y me quedé contemplándola la quieres? me dijo  el Nanhy, le dije no, por sonsa,  me daba vergüenza , que bruta que fui soñé años con ella, volvíamos charlando como me había ido, y preguntó las preguntas fatales, el Lucho estudia? que es de esa mujer? le dije la verdad, no la he visto nunca, pero te cuento que nació un niño hijo del Lucho, al menos eso me dijo, ese rato cambió su cara y me dijo, no me digas nada, hablaré mañana con él. 

Al día siguiente tal cual llegó de la oficina con el oso,  me dijo hablé con el Lucho, vendrá  el otro mes en cuanto reciba su giro, la llamé a mi mamá  y  lloró mucho sabiendo que no estudia, me dijo que de aquí lo mande a Bolivia.  Así transcurrían los días, yo leyendo libros para aprender algo, y comiendo chocolates ingleses, miraba por la ventana y veía las mujeres en las puertas fumando, decía que barbaridad, cómo fuman y no comen, lo que yo no sabía era que habían pasado una guerra de 6 años y claro, no tenían esperanzas de nada, eran pobres , trabajaban en fábricas y el estado cubría todo de los niños, no se pagaba ni salud , ni educación.

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Sorpresa… vuelvo a Madrid

Ya era marzo, y me enfermé, vino  el doctor y le dijo a tu papá, esta niña tiene que  cambiar de clima. Desde que  llegamos  no hubo un rayo de sol, y después vimos que podía ir a España donde la señora María.  La  llamamos e  hice el viaje,  me fui a España  pocos días antes de cumplir 16, lo que no sabía yo era que llevaba un bultito  más o menos desde enero, por eso el doctor me miró el iris de mis ojos, y le dijo a tu papá, a mi nada.  Salí de Liverpool en avión con dinero creo que llevé 200  dólares que era mucho en España de esa época y si necesitaba más dinero, me enviaría más  tu papá.

Parque del Retiro Madrid 1953

Hacía el 15 de marzo  llegué a Madrid,  la cuna del requiebro y el chotis,  así dicen los madrileños, me encantó desde la llegada aunque ya habíamos estado.  Allí me recibieron el Lucho y su profesor Guzmán Aguilar de Ancos,  gran gente, ya les hablaré de él.        Me llevaron al barrio  de atocha a la casa de la señora María justo donde  está la estación de   trenes hay una plaza redonda,   en uno de esos edificios de departamentos, eran creo como  seis pisos, pero ellos vivían en el segundo, un departamento grande pero de clase media empobrecida como todos después de la guerra civil.   Llegamos a la casa pero el Lucho se quedó en el camino, me dijo debo irme a mi casa, así supe que ya no vivía ahí.   Los hijos de la señora María eran:  Maruja era la mayor con unos 40 años, Guzmán 35 más o menos, ahora puedo calcular, en ese entonces ni me daba cuenta, Conchita 25 y María del Carmen  20  y  Sagrario unos 18, todos me decían que era una niña. 

Estación de Puerta de Atocha

Me recibieron muy bien, tenían una doméstica, la chacha, llamada Paula, ganaba 100 pesetas al mes, y le daba 100 pesetas más porque me preparaba el baño cada día y calentaban agua y no sé qué más, la cosa es que yo me bañaba, la señora María que se parecía a mi mamá, para mí, me mimaba y  me decía, eres una niña, y ella fue la que me dijo, esperas un bebé,  y tienes que cuidarte, yo le dije cómo? y  me explicó de la forma más sencilla. Ahora si  ya sabía todo. Los días pasaron volando, entre  risas, paseos,  jugar parchís en las noches usando la mesa camilla para calentar los pies. 

Parque El Retiro Madrid

Comía como oso, un gran té en la Gran Vía  costaba como 30 pesetas, casi nada, el cambio era altísimo,  si mal no recuerdo cada 100 $us. eran unas 1500 pesetas era mucho,  tu abuela le mandaba al Lucho $us. 70 para que viva y era mucho dinero, en Bolivia también. Un día vino a almorzar el Lucho, lo habían invitado, después del almuerzo  el lucho me dijo: podemos hablar? sí  claro,  me llevó a una habitación que servía de sala y me dijo, llorando anoche nació mi hijo, es hombre, se llamará Adolfo igual que el padre de Carmen, creo que el verdadero padre se llamaba así, nunca se supo  si era Carmen Cutanda o Carmen de la Serna,  eso ya se fue a la tumba, solo  su madre lo sabe.   Me dio mucha pena y me dijo,  no le digas al Nanhy,  no le prometí nada, le dije trataré de no hacerlo.

Yo y el Lucho en parque El Retiro Madrid año 1953

A los pocos días fue mi cumpleaños no. 16, me hicieron un agasajo, torta y todo  lo demás, el vestido que estoy en la foto, era de dos piezas, me hicieron hacer las chicas con  un sastre, yo solo me medí y  pague. Me llevaron a un estudio fotográfico y me tomaron  la foto, ese día cumplí 16 y sabía que mi hijito nacería por octubre.

Cuando cumplí 16 años
01/04/1953

Me llevaron a un parque hermoso, no era El Retiro, no supe cómo se llamaba, también fuimos al Museo del Prado, allí en el segundo piso, vi lo que sería mi hijo, el cuadro de Murillo que yo no sabía ni quién era.  En el cuadro había un niño pastor de unos 3 a 4 años con sus ovejitas sentado en el pasto, bello, blanco y crespo, de ojos oscuros y me dije que así será mi hijo y realmente  así fue, exacto, así comencé a sentir un amor loco por mi niño.

El Buen Pastor, es un óleo sobre lienzo de realizado por el pintor Bartolomé Esteban Murillo alrededor del año 1660
Museo El Prado – Madrid

   Después de ese gran paseo por el  museo  del Prado, quede prendada de Madrid.

Se volvió mayo, y teníamos que ir a una corrida de toros, cosa que no sabía que existía, para la fiesta taurina más grande de España, pero era hacia el 15 de mayo más o menos, pero el Nanhy me mandó un pasaje de vuelta a Liverpool, antes de esa fecha, yo  regalé mi entrada, les dije vean quién va en mi lugar, la verdad, ya me sentía gorda y quería volver a mi casa, había estado también en semana Santa. En La Plaza de Atocha pasaban las cofradías y cargaban a la virgen, a Jesús  y otros santos que no me acuerdo bien, pero lo que sí me acuerdo es  que se insultaban entre las cofradías, eso  me impactó porque decían  groserías, y todos y todas de negro con mantillas. Yo me compré una hermosa mantilla con claveles hermosos, toda negra. Fue un día de diversión para nosotros, jugamos  parchís, reímos, comimos, no había donde ir, todo estaba cerrado.

La señora María, sus hijas y yo.

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Mi nuevo hogar

88 Rodney Street Liverpool 1

Al  día siguiente fui a ver la casa y habitarla. Nerviosa no sabía cómo era. Alistamos todo y salimos en un taxi  que ya nos conocía , allí todos  colaboran con la policía, nada se les escapa, como debe ser, verdad?  Bueno llegamos a una calle larga, limpia, hermosa  puro edificios igualitos, 5 o 6 gradas de entrada y la puerta, abrimos la puerta y era un hall unas gradas a un lado y un ascensor,, nuestro piso sería el último, el tercero, todos  los pisos eran consultorios el último digamos el penhouse era el nuestro,  era enorme en cada dormitorio había un lavabo  como les dije, eran tres dormitorios de al menos 4 x5 grandes,  un baño grande con tina antigua, era un cuarto con varios muebles para guardar toallas, sábanas, había un living y un comedor más la cocina con un cuarto al lado que servía de comedor de diario.

La iglesia que veíamos de la ventana

Empecé a conocer el barrio y encontré una librería donde vendían toda clase de libros, como no tenía dinero tu papá hizo que abra una cuenta en el  único banco que había en la esquina.  Es difícil sumar o restar  y lo demás porque son libras, chelines y peniques, y hay que saber cuánto tiene cada libra y también  hay la guinea que son  22 libras.

 Fuimos a comprar una cama grande, un comedor y un jueguito de comedor de diario, los muebles eran hermosos de madera, la vitrina era linda y  la llenamos con vasos bonitos de varias clases, la cama era grande compre una colcha que ustedes han conocido, guinda acolchada con bordados, toda de satén, suavecita, duró años, ya empecé a conocer el barrio.   La dirección  es 88 Rodney Street Liverpool 1.  La catedral está en el frente diagonal, por ahí se dan  un paseíto y recorren las calles que pisaron tus padres, es céntrico, empecé a ir a comprar vegetales y me enseñaban cada cosa que compraba, por ejemplo, lettuce, repetía y me vendían, luego cuando volvía a comprar tenía que acordarme y así cada semana.

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Conseguir vivienda

Al día siguiente, tomamos el último desayuno internacional en el hotel, llegó Saucedo, fuimos  a ver lugares, él tenía una lista  lugares de hospedaje momentáneo, fuimos a un lugar muy bello, lleno de árboles y jardines, entramos a la casa donde íbamos a permanecer porque ya habíamos dejado el hotel (menos 500) era una casa antigua al menos  del siglo XVII o XVIII con habitaciones grandes, su propio baño una cama grande, un chaise lounge, después aprendí que se llamaba así(ahí me echaba en las tardes a leer) algo nunca visto antes, había un lavabo de manos y dientes dentro del dormitorio, y eso después lo vi en todas las casas que visité y en la  que fuimos a vivir también, solo para que se den cuenta de la distancia, el  hotel era Liverpool 1, el consulado era Liverpool 1 y la casa donde estábamos ahora era Liverpool 15, Green Bank Drive .

Una  VEZ EN EL BOARDING HOUSE , así se llaman las casas de huéspedes, o sea era una casa grande y alquilan habitaciones con su baño y vivian  alrededor de 10 personas máximo, ya arreglamos el precio todo y nos dijeron 5 libras  más y otras 5 por el  desayuno, almuerzo y cena, no sé si sería caro o barato.  El Nanhy y Saucedo se fueron a la oficina a conocer, es decir tu padre, al día siguiente recién tomaría  su cargo, se fueron, yo me quedé, cuando ya era la una, teníamos que bajar al comedor a comer el lunch, llegó tu papá por supuesto todo lo hacía en taxi,  bajamos a comer y que vimos una lonja de pan con  medio huevo duro y un poco de puré de espinacas, te acuerdas los canapés que les hacía? bueno eran así, y un vaso de limonada o algo así tampoco puedo ser tan precisa, pero fue una sorpresa ,creíamos que habría algo más pero, era todo, bueno nos levantamos después de  comer, me quedé otra vez sola, hacía las 5  llegó tu papá me dijo aquí se trabaja hasta ésta hora nomás, nos llamaron a cenar y ahí  ya era comida de verdad, pero fea,  una sopa, fish and chips  y un pudin de postre, comí muy poquito, porque era feo, tu padre comió todo, así fue el primer día, al día siguiente el desayuno era como la cena, té riquísimo, pan rico y fish and chips, otro día era  bacon and eggs, pero era una comida completa, yo casi no comía, para mí era feo, pero ese día yo me salí a conocer los alrededores..

Entre la nieve, la poca visión y el frío  no se  podía ir muy lejos, pero tuve que atreverme a salir o quedarme encerrada  mucho tiempo, así que  me abrigué y caminé por esas calles amplias y llenas de árboles , pero empecé a mirar que había, me quise comprar unos dulces que vi en una tienda pequeña pero me pidieron mi libreta de racionamiento, yo no tenía así que nada, pero vi una casa linda con escaleras  leí library y dije  una librería, pero era una biblioteca, recorrí la biblioteca  y quería un libro para leer mostré mi pasaporte y me lo prestaron, volví buscando el mismo camino que recorrí y llegué feliz a leer, el Nanhy no podía creerlo  pero ese día me acabé el libro era de Blasco Ibáñez, bello, Cañas y barro, la historia  es ambientada en la albufera valenciana, también encontré  moviendo el dial una radio de Andorra la vieja, Principado de Andorra, esa era su señal. Así me empapé de España, su música y sus escritores.

Creo que pasó un mes, venía la camarera cada día a limpiar con mandil pero siempre con sombrero nos entendíamos  a pura señas, le dije que quería dulces, y ella empezó a hablar con las otras personas que vivían ahí, es decir las que estaban en el hall de donde se repartían las habitaciones, y entre todas las viejitas, todas eran de 90 años o más  empezaron a hablar yo no entendía nada pero me miraban con pena cada una de ellas fue a su cuarto y me trajeron una hojita de papel a cuadros grandes donde  estaba escrito algo y me dijeron que lleve a la dulcería y me darían los dulces  y tenía que  pagar.  Fui a la dulcería con las hojitas, pero eran muchos dulces, la dependiente me dijo que  cada hoja era para cada día.  Aprendí y tenía  dulces cada día, y ganaba kilos también.  Pero era tan flaca que no lo sentía, un día después de un mes o más llegó el Nanhy y me dijo mañana nos vamos a un departamento en el centro, cerca del consulado, última noche en Boarding  House. 

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Llegada a Liverpool

Después de estar en Londres donde había tanta gente, (en esa época 12 millones) estaba deslumbrada y atemorizada, o sea era como un sueño, me repetía quién era cada momento,  eso era por mi ignorancia y mi juventud. Al fin llegamos a la estación Victoria, sé que era fines de Noviembre o comienzos de Diciembre, nieve, niebla, oscuridad , frío era nuestros compañeros que no nos dejaban, en la estación subimos a un tren típico Inglés, (eso lo aprendí después) y serían las 11 de la mañana o 12 no sé bien,  lo que sí era claro o sea se veía que había sol por alguna parte, el viaje fue lindo porque vimos toda la campiña Inglesa, tan verde y todo sembrado yo nunca había visto algo así, se pasaron volando las horas , ahí comimos fish and chips, todo cambió, me pareció horrible, creo que era la cena porque había postre que era porridge una especie de avena medio espesa, no comí nada,  era flaca, pero llegué más flaca y pálida, yo soy roja, así que era otra cara, pero serían las 9 o 10 llegamos a la estación, el ex-cónsul nos esperaba en un coche para ir al hotel, nos había hecho una reserva en el Adelphi, era único hotel de 5 estrellas que existía entonces, yo no sabía de estrellas y no creo que tu padre sí, él estaba en la luna como yo, nos llevó como a dos robots y nos dejó en el vestíbulo (foyer) del hotel para registrarnos.   Él  se fue y quedamos los dos, era un lujo extremo para nosotros, increíble, pero peor era el precio $us. 500 la noche incluido el desayuno o breakfast, nos registramos.   Ya  la habitación (felizmente yo tenía unos camisones de ensueño, que no sé cómo pudo comprar mi mamá, pobre mi mamá, yo no me daba cuenta  de lo que costaba nada),  cuando le dieron el costo tu padre casi muere, yo no sabía ni qué era dólar, me dijo es un montón de dinero tenemos que estar aquí lo menos posible.

Adelphi Hotel Liverpool

Entramos a la habitación hermosa con living y todo, en diferentes verdes, cortinas de terciopelo, cama gigante, dormimos como troncos.  Al día siguiente el ex-cónsul nos invitó a almorzar, después de bañarnos en ese bello baño, parecíamos duques, nos vestimos lo más abrigado que pudimos, igual moríamos de frío pero ya Saucedo estaba en Liverpool tu papá lo llamo y le dijo que nos acompañe  a comprar algo abrigado de ropa, fuimos a un almacén grande donde vendían ropa de toda clase y no era cara, después yo supe que como aún no se habían recuperado de la 2nda guerra mundial, todo estaba hecho en serie de miles, no había grandes boutiques o tiendas exclusivas, por suerte para nosotros, estas tiendas eran para todo el mundo y como la disciplina en Inglaterra es una norma que nadie rompe ni el rico ni el pobre, todos respetan las leyes por duras que sean, me compré un abrigo café porque encima eran colores oscuros para  que duren limpios, unas botas frisadas por dentro hasta la rodilla, una chalina y un sombrero, ya con eso estaba bien vestida y sin frío, lo más importante. Llegada la hora del almuerzo después de dejar nuestras prendas en el hotel, el señor nos esperó en el foyer y salimos a  comer.

Nos llevó a un lugar tan espantoso que no podíamos creerlo, después pensamos, lo hizo por malo, reservó el hotel más caro para cualquiera para fundirnos económicamente, él era rosquero y tu padre del M.N.R., imperdonable para ellos, el revolucionario que se quede en la calle, nos sentamos en una mesa y sirvieron algo, él nos dijo los he traído aquí porque es lo mejor en comida china, nunca habíamos comido, ni se conocía en La  Paz no habían chinos entonces, por suerte, cuando trajeron los platos yo que soy vomitona, casi me vomito encima, me aguanté pero le dije me siento mal, era una cosa como arroz pero deshecho aguanoso y unas carnes que según él era conejo, se veía las patitas medio rojas,  horrible, ni muerta hubiera comido, tu pobre padre comió un poco, por gentileza, pero él comió como si  fuera un pastel, que asco!!! hasta ahora me revuelve el estómago, solo tomé agua, salimos de ahí ya oscurecía y Saucedo vendría al hotel para ayudarnos a conseguir algo donde quedarnos, hasta tener casa, llegamos al hotel, descansamos y bueno yo me reía de lo que tu padre tuvo que comer, me dijo que viejo más malo, nos dimos cuenta que lo hizo ex-profeso para que nos vaya mal, pero se quedó con las ganas, ya no lo vi, tu papá sí, porque tuvo que recibir el consulado y él tenía que darle todos los papeles.

A las 7 más o menos bajamos a comer  en uno de  los salones del hotel, eran varios,  invitamos a Saucedo a cenar y le dijimos que nos ayude a conseguir algo donde vivir, él dijo mañana mismo con eso ya debíamos al hotel $us.1500, la libra entonces era tres veces más que el dólar, en libras no parecía tan caro. Para nosotros se volvió un dineral, más bien que teníamos, te imaginas? Cónsul de Bolivia deja el hotel sin pagar jajajaja.  Cenamos bien, era comida internacional,  y a dormir para que al día siguiente tengamos una casa y evitar escaparnos.

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Madrid

Parque El Retiro Madrid

Al día siguiente creo que ya era noviembre, salimos en un tren a Madrid, donde nos esperaba el Lucho y nos llevaría a un hotel, cerca de la Gran Vía, el viaje era muy bello, ver la campiña era de sueño,  solo en fotos había vistos campos tan sembrados y verdes era maravilloso, no sé si era cerca o lejos, yo estaba cómoda en unos asientos  hermosos y fuimos al coche comedor y ahí me atiborré de postres, tan ricos, como siempre tu madre hace las cosas sin pensar, acepto lo que venga,, jajaja, terrible no?

 Llegamos a la estación ahí lo conocí al Lucho, era un flaquito de unos 20 o 21 años, según él iba a la Universidad, porque el Nanhy le dijo, la mamá hace un sacrificio muy grande para que tú estudies, así que hazlo.   Otro día  pasó, el Lucho nos contó que vivía con una   familia  Aguilar de Ancos, una señora viuda con tres hijas mujeres y el mayor un varón que era catedrático de él, así se conocieron  y ellos para ayudarse alquilaban una pieza y esa pieza la tenía el Lucho. EL Nanhy le dijo mañana quisiera ir a un teatro así que compra las entradas, él dijo, bueno, pero tengo que llevar a mi novia, además así la conoces, está bien , le dio el dinero que él le pidió para las entradas y quedamos para tomar desayuno en la mañana.

Paseando en la Gran Vía con Guzmán Aguilar de Ancos

Esa noche dormimos en el hotel, pero antes de entrar llamaron (el Lucho y el Nanhy) al sereno, ya les conté, todos para entrar a su casa o al hotel, tiene que abrirles el sereno, de nuevo los gritos y llega el sereno y  abre la puerta.  

Al día siguiente viene el Lucho a tomar desayuno, salimos a una confitería que se llamaba La Americana en la Gran Vía todo era hermoso, tomamos un gran desayuno  yo comí lo que me gustaba, luego fuimos a pasear, llegamos a la fuente de La  Cibeles caminando y si no recuerdo mal, hasta el parque Retiro donde son esas fotos.

 En la tarde fuimos a tomar  un chocolate con churros, pero yo no sabía que el chocolate español en taza era tan espeso, pedí uno y dije no me gusta, la chica me dijo como lo quiere, le dije con leche  y chocolate pero muy aguado, ah!!!  Quiere a la francesa, debe ser, bueno, me trajo lo que yo quería, otra cosa que llamó mi atención fue que te traían toda clase de masitas, panes etc., y solo te cobraran lo que consumías, sigue siendo así?  Después del chocolate a descansar porque teníamos las entradas para ver una revista musical que se llamaban  Los venecianos esa noche como a las 10.   Fuimos al hotel y dormimos un rato, cansados.  Para ir al teatro estaba emocionada por supuesto.  Ni me imaginaba, lo que vería, yo había actuado con mi colegio en el Teatro Municipal, así que tenía idea de teatro, pero no de esa inmensidad.

No  puedo decir que me puse para ir al teatro, supongo que fui  con mis trajecitos de niña nomas, o me habré comprado algo mejor, tampoco me preocupaba.

Llegamos al teatro temprano, estaba en la misma gran vía cerca de la puerta del sol, allí nos esperaba el Lucho con una señora, yo la vi muy mayor, y muy pintada, siempre se pintó así pero yo no lo sabía, con un traje negro ajustado y su abrigo encima, el Lucho dijo, les presento a mi novia, entramos al teatro y nos ubicamos en nuestros asientos, comenzó la función que era algo nunca visto por mí, lujoso, era una revista musical, bailes hermoso, decoración todo era bello, en el intermedio, Carmen, que así se llamaba la novia, me dijo, me acompañas al baño? bueno le dije, fuimos y antes de salir del cuarto de baño, a todo esto era un espacio muy grande, me dijo, espérame un rato más me tengo que sacar la faja que me está matando, porque estoy de 6 meses de un hijo de Luis, nadie lo sabe , no digas nada, yo solo la miraba, y asentía con mi cabeza, salimos de allí y ella ya estaba muy cómoda, se notaba  su gran barriga, pero se la tapó con el abrigo, terminó la función y caminamos un poco, charlando y ahí fue donde tu papá le dijo al Lucho dime algo? no tienes otra ropa para cambiarte? él le dijo claro que sí, lo que pasa es que estos ternos estaban en liquidación y me compré unos cuantos  eran muy baratos  porque todos eran iguales, o sea que parece  que no me cambio.

Cuando llegamos al hotel el Nanhy me dijo: no te parece raro que el Lucho haya comprado esos ternos todos iguales, yo le dije no sé, porque no sabía. Pero al día siguiente en el desayuno que tomábamos los tres, el Lucho se olvidaría, y se sacó el saco para estar cómodo, y cuando se paró para ir por su desayuno , era buffet, yo no sabía esto tampoco, empezó a caminar y tenía la cola toda rota y le salían pedazos de su camisa, yo casi muero porque el Nanhy le había dicho:  la mamá te manda como para que vivas como un duque, cuando vio el Nanhy eso, esperó que volviera a la mesa y lo increpó, por qué me has mentido tanto? no te da vergüenza andar así, teniendo tanto dinero, ahí fue  donde dijo, es que yo voy a tener un hijo con Carmen y ahora vivo en su casa y le doy el dinero a ella para vivir y para comprar cosas para el bebé.

El Nanhy le preguntó dónde vives? hoy nos has dicho que iremos donde la Sra. María, que vives ahí, él dijo vivía, es gente muy buena pero yo dejé la casa para vivir con Carmen, esto lo arreglaremos en familia, yo no sé qué hacer, por ahora te compraré un terno para que vayas por lo menos a la universidad y el Lucho le dice: he dejado también la universidad, que haces entonces?, es que no me alcanza para la casa y mis movilidades, el Nanhy estaba a punto de morir, se salieron y me dijo nos esperas  lista para almorzar donde la señora María.

Llegaron como a las dos  horas yo estaba lista y había arreglado todo porque al día siguiente partiríamos en tren a Paris, rumbo a Liverpool. En España se come tarde, serían ya las dos, era en el barrio de Atocha, fuimos en metro hasta ahí.  El departamento era en el segundo piso y lo de siempre: serenoooooooo, serenoooooo.

La Carmen no estaba invitada, en realidad no la querían porque yo pensé que hubieran querido que el Lucho que case con una de las hijas, la familia se componía de 4 hijos, el mayor Guzmán Aguilar de Ancos, tendría unos 35 -40- no sabía calcular la edad, solo por mi recuerdos, creo que Maruja era la mayor y después el Guzmán, luego estaba la Maricarmen y la Sagrario la más chica, pero mayor que yo.  Nos recibieron con gran alegría porque tenían muchos amigos bolivianos, porque Guzmán  era catedrático, ya saben cómo son los españoles, yo entonces no hablaba nada, y solo le decían al Nanhy como pudiste casarte con una criatura. La verdad, yo me sentí feliz por el recibimiento y la señora María se acercaba y me tocaba la cabeza y me daba besitos, y nos invitaron a volver, nos dijeron aquí tengo una pieza que era de Luis, pero como el ya no volverá, ya no la alquilaré, la tendré vacía.  Les dimos las gracias.   Guzmán y Maruja nos invitaron a salir, fuimos a  pasear por la Gran Vía.Ahora al hotel  y a cenar para mañana embarcarnos en el famoso tren TALGO, supersónico, en esa época, preparé todo y a dormir.