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Casa Obrajes

 Un día mi hermana Lulú me dijo nos estamos yendo a EEUU, René será agregado militar allí, tengo una casita en obrajes, por supuesto yo ya conocía, te la puedo dejar tal cual para que ya te independices, nosotros estaremos allí un año.   Tenía un jardín,  gallinas  y mucho campo para ustedes, la Aimée apenas caminaba,  yo le conté lo primero a la mamá Rosa, a todo esto cuando la niña tenía unos 8 meses no tenía nombre, oía de lo que la llamabas, yo le decía a tu papá, como se  llamará y yo tonta esperaba y esperaba ya que él me dijo yo siempre pondré nombre a los niños, bruta de mí, no hice nada, hasta que un día vino a visitarnos el Luis Calderón y me dice, como se llama tu hijita?  Yo le digo no tiene nombre, cómo? qué barbaridad, entonces me dice como al Nanhy le gustan los nombres rusos éste no es ruso, pero la hija de Dowstoyesky el escritor ruso, se llamaba así, me dice, cuál?  Aimée quiere decir bien amada, te gusta? le digo, me encanta, eso se llamará, el Nanhy como siempre nunca estaba, le digo a tu abuela y le gustó  y empezamos a llamarla así aunque aún no estaba bautizada, recién a los 3 años se bautizó  eso vendrá después. Ya tenía nombre y yo estaba feliz, tu padre se opuso a irnos a obrajes, me dijo yo no quiero nada de tu familia, así que nos quedamos aquí, tu abuela ya tenía duras y tristes experiencias, me dijo al día siguiente, arregla tus cosas, al final solo era ropa y unas maletas entre ellas el baúl azul.

Arreglé mis cuatro pilchas, ella me dijo te llevaré hasta allí, agarra a los niños, en un taxi y en otro yo iré con tus cosas, calle 3 de Obrajes, cuando llegue ésta noche el Nanhy le diré se ha ido a obrajes, ya no quiere estar aquí, me ha dicho que si quieres vayas allá y lleves tus cosas o te quedes aquí, yo le he dicho que me parece bien que se vaya, no tienen ni un tenedor y tú no haces nada por comprar nada para tus hijos, lo mejor es eso, que él vea que hace.  Tú abuela me dio algo de dinero para comer, la Cruz, que le decíamos  Cruza, era mi empleada, se fue conmigo, era una cholita de Santiago de Machaca, de ahí eran todas las que trabajaban con nosotros, a ésta recién la habíamos tomado así que no sabía casi ni hablar pero muy buenita, preparamos algo para comer ya que eran chiquitos casi todos tomaban leche, no había problema, había camas, sábanas limpias y frazadas y eran 4 dormitorios y un living comedor, ya era tarde todos dormían , yo leía, la Cruza tenía su habitación al lado   de la cocina, era una casita con los cuartos alrededor de un patio y  un espacio para jardín, cuando fuimos eso era tierra y había un  gallinero  y gallinas, al frente del gallinero había un horno de barro,  y el terreno era grande.  Estaba en cama cuando el timbre sonó  me asusté mucho, pero me imaginé que era él,  estaba en la puerta parado con una maleta, me dijo puedo entrar, claro, entra, está muy bonito me dijo. 

           Las habitaciones eran alrededor del patio y el jardín , que fue después al fondo, no hablamos nada  al día siguiente yo me levanté como de costumbre a las 6 , así cuando ustedes despertaban yo ya estaba arreglada y el desayuno listo, eso se hizo una costumbre, a la semana más o menos vio que un cuarto que daba la  ventana a la calle  estaba vacía y me dijo que quería traer a su padre que estaba en el  hotel Torino porque no tenía donde vivir y ya no tenía dinero, que le iba a decir?  bueno que venga, se trajo una cama,  mesa de noche y un roperito, no sé de donde los sacó, yo no podía ser mala,  claro que él se portó muy bien, me dijo porque no arreglamos este espacio y lo volvemos un hermoso jardín, yo le dije bueno, él compró la semilla del pasto pero antes nos tuvimos que deshacer de las gallinas,  yo no podía matarlas , porque me había acostumbrado a darles de comer y recoger los huevos fresquitos para que coman, entonces matarlas era imposible, le hablé a la Sra. de la tienda del lado de la casa y me dijo se las compro, no sé cuánto me pagó al menos estaban cerca, entonces derruimos todo el gallinero para aumentar el largo del jardín, menos el horno, eso no lo tocamos, creo que nunca lo usamos, pusimos el pasto, todo lo digo en plural porque hasta los chicos ayudaban, pusimos el pasto y flores de toda clase, teníamos hasta gladiolos color café, unas flores azules, boca de sapo de todo color, claveles, en fin,  en unos  dos meses todo estaba hermoso, pusimos una pérgola de jazmines cerca de la cocina que tenía una puerta que salía al patio,  pusimos una mesa para  comer debajo de la pérgola era un olor tan delicioso, y los jazmines  eran llenos de flores, yo creo que ya estaban allí, solo lo acomodamos y había un ciruelo lleno de fruta,  chiquitos pero deliciosos, medio amarillos, era una vida muy grata, yo no iba a ninguna parte, mi familia venía a  la casa, pasábamos tardes hermosas, había un cuarto no muy grande  al otro lado de la cocina, ahí era cuarto de costura y planchado, mi mamá cosía la ropa para la Nadia y Aimée, bellos vestiditos,  yo les hacía pijamas y pantalones al Iván, no había jeans entonces, le hacía cortos y largos.   Compraba cada semana 100 naranjas, 100 mandarinas y 100 entre limas, limones y toronjas, todas las tardes a comer fruta en el pasto, creo que fue la mejor época.

Abuelo Óscar, Aimée, Olga, Nadia, Iván y Marcelo

Yo notaba que el Nanhy  era  muy celoso, porque me hice hacer un vestido  gris con lunares blancos, bello, como para salir a un té o algo , pero él me dijo, no te pondrás ese vestido nunca, yo lloré pero no me  lo puse nunca , lo miraba y bueno, la Aimée ya caminaba bien, y empezó a pellizcar las flores, hasta que le puse un pañuelo caliente, no la quemé, pero se asustó y le dije es la plantita que le duele y llora, ya no tocó más, porque era terrible todas las plantas pellizcadas, los claveles dobles rosados hermoso, pellizcados. Esa vida duró lo que dura la felicidad, una salva de cohetes.

La Aimée?

   Creo que vivía en un mundo de ensueño, con mis tres pequeños  hijitos, mamá le hizo a la Tamara un traje de catorce metros de vuelo, porque se usaba can-can y Lulú mando de USA, uno para mí y otro para la Nadia, también envió  shorts para los tres y varias cositas, tienen foto con ellos.

Nadia

 Nuevamente estaba esperando un bebé, que eras tú, en diciembre de ese año sería 1958 , fue la tragedia cuando la Aimée se cayó al rio Choqueyapu y el Iván se tiró a sacarla, fue terrible, la Charo Crespo los llevó según ella a la puerta, ella era una niña de unos 12 años, vino  con mi mamá, o sea  todo fue un accidente, menos mal que no hubo que llorar a nadie, pero casi me volví loca, corrí no sé cuánto y ya los habían sacado los albañiles que trabajaban por la época de lluvias y yo gritaba y no los veía, mi mamá, pobrecita no podía hacer nada porque del susto salió con sus lentes de coser o sea de ver cerca y no sabía lo que pasaba, al final los policías, albañiles y todos aparecimos ya casi en la puerta de mi casa, me calmé, pero era una cosa tremenda, el Ivancito lloraba , la Aimée era chiquita tenía dos años, tenía el cuerpo lleno de moretones, llamé a un doctor no sé cuál era , creo que el el Chalo Silva, tampoco tenía plata para pagar, yo lloraba y le decía a mi mamá, no quiero estar aquí, entonces mi mamá me dijo ven conmigo a Cochabamba, ella vivía allí permanentemente, fue algo que nunca olvidaré, arreglé mis cosas y le escribí a mi hermana que me iba, no quería estar cerca del rio, ella también ya se vendría había pasado el año, el Nanhy como siempre no decía nada, su vida era tan extraña que nosotros no contábamos con él.  Creo que solo se casó conmigo para tener una virgen y que sea madre de sus hijos, y yo que era una ignorante, tampoco sabía nada de la vida, yo pensaba que así tenía que ser, me fui a Cochabamba, con los tres y mi barriga. Llevé la bicicleta de Iván que había aprendido a montar en obrajes, allí me tranquilicé porque mi mamá me llevó a un buen médico para que vea a la Aimée, porque estaba llena de pus, todo su cuerpo, oídos, boca de todas partes salía la pus, era terrible, creo que si no morí entonces era porque viviría mucho, en unos meses allí se curó , el Iván era feliz y la Nadia como siempre tranquila, aunque un día le corté todo su cabello porque gritaba en cada peinada, se enredaba mucho su pelito delgadito, tampoco había como desenredarlo, la tusé, eso me arrepiento pero ella se quedó feliz, porque la bañaba y ya estaba lista, pobre niña mía. Pasé lindos días con mi madre, ella era tan cariñosa con ustedes y cosía para las dos, todo los días estrenaban, en  esa vida pobre y simple, yo era feliz. 

Aimée, Nadia e Iván