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El año más triste de mi vida

  Llegó el Año Nuevo 1967, como siempre en la casa, pero ni me imaginé todo lo que el año me traería, tanto sufrimiento y llanto. Mi mamá les dije estaba con Emilio, me escribió que se estaba yendo a Sucre donde Lulú, y me decía me iré el 1 de abril a La Paz, llegaré para tu cumpleaños, me iré en tren así no subo de golpe, mi mamá cada vez se ponía mal y parecía que estaba mal del corazón, después se vio que no tenía nada en el corazón, yo estaba contando los días para que llegue mi mamá, llegaría donde Lily y después vería donde vivir, Adolfo estaba también en Brasil porque los perseguían a los movimientistas  la policía de Barrientos que había dado un golpe a Paz y se dedicó a meter presos a todos los que eran del M.N.R era un loco y sanguinario, la peor especie de persona.   Mi mamá llegó a Sucre, en  febrero, pero yo veía cerca y los días pasaban rápidos entre el trabajo y la atención a mis hijos, recuerdan cómo íbamos a la escuela los 5 por la calle Abdón Saavedra? Para no llegar tarde entrábamos por atrás, nunca tuvimos un atraso. Se aproximaba la fecha de mi cumpleaños, yo tenía un poquito de plata que reuní para ir a la estación  a recoger a mi mamá , traerla a mi casa a tomar el té y luego llevarla donde Lily, en San Pedro, nada salió como lo pensamos, hacía las 4 de la tarde, cuando terminé de poner la mesa para el té e  iríamos a esperar a la abuela  a la estación, llegó un telegrama, lo único que había rápido para comunicarse, textual  decía así: Mamá desahuciada, vengan con Gladys pronto.   Ese momento mi mundo se cayó no sé si me desmayé pero recuerdo que corrí donde la Tita para que me preste teléfono y llamar a mi hermana, llorando, llorando llegué hablé con mi hermana y había que conseguir boletos para el avión, era un solo vuelo a Sucre en toda la semana y pasado un día salía el vuelo, había que conseguir boletos, dinero con Gladys nos reunimos en la puerta del Lloyd, nos dijeron que no había nada para Sucre, pero en nuestra desesperación  sin pedir permiso nos entramos donde el gerente abriendo su puerta sin decir nada, le pedimos disculpas , pero le dijimos que aunque sea de pie , nos lleven, llorábamos tanto que nos dijo un momento esperen , llamó a alguien y le dijo, deles esos dos asientos que guardamos para las autoridades, nadie viajará ésta semana, así conseguimos  los boletos, Gladys pagó de las dos.  Ahora había que arreglar como yo los dejaba, llegué a mi casa tambaleándome y apenas pude explicarles a ustedes lo que pasaba.  Llegó el Nanhy, la peor parte, le dije que tenía que irme a Sucre porque mi mamá se moría, me contestó, ojalá se muera de una vez, anda nomas, me haré cargo de los niños, me pareció raro que diga que se quedaría él a cargo de ustedes, pero no tenía alternativa, o sea hubiera tenido si él me decía sus malas  intenciones, pero como siempre yo tonta, le creí siempre hijos míos, tu madre fue una tonta de lo peor. Creía todo y en todos, no podía creer hasta donde llegaba la maldad, me habían criado sin violencia, con inocencia y bondad, mi mamá era así, buena hasta el infinito, ayudaba a todos  y para todos tenía una palabra de amor.  Al día siguiente fui al colegio, le conté al Director  que era Gary Fritz, y como siempre ese ángel que teníamos, me dijo vete  tranquila y pide en caja  el dinero que necesites para viajar, te descontaremos poco a poco, piensa en Dios y Él te protegerá igual que a tus hijos. 

Viajamos con Gladys en un avión eran los Fairchild, pequeños y hacían un ruido intenso, parecía que se estaba desarmando, no había otra forma de llegar a Sucre o por tierra pero eso significaba dos días o más de  viaje,  lo que hoy tarda 37 minutos  se hacía en una hora o más, yo me indispuse mucho, mi hermana solo lloraba,  estábamos tan tristes que no hablábamos entre nosotras , llegué destruida. Mis sobrinos el gordo y el flaco (Adolfo y Eduardo) nos fueron a recoger y  tuvieron que entrar para  sacarme del avión.

En  esas épocas Sucre era un pueblo de 60.000 habitantes y todos se conocían eso era lo más lindo, en media hora todo Sucre sabía que la cuñada del general Quiroga había llegado. Cuando llegamos a la casa de Lulú, mamá tenía  su cuarto al fondo con una gran ventana, y su libros que siempre amó, le gustaba mucho la lectura, ella estaba en la cama  toda pálida y hablaba apenas, pero así  todo nos preguntó por nuestros hijos, ella sabía por mí que estaba en una cooperativa del colegio para obtener un departamento ya se había comprado el terreno y se había puesto la piedra fundamental, me preguntó cómo iba eso, yo le dije aún no hay nada, pero yo creo que será pronto, pero nunca se hizo, nos devolvieron nuestro dinero por   los líos con la Alcaldía no se pudo concretar. 
Mi mamá empeoraba a ojos vista, ella había estado bien hasta el 25 de marzo, ahí empezó a sentirse mal y ya no podía pensar en viajar, Lulú la llevó al médico y  le dijo tiene un montón de tumores pequeños repartidos en todo su estómago y son cancerígenos ya no hay nada que hacer,  si la abro hoy día ella morirá de inmediato, si la dejamos resistirá hasta el 15 de abril puede ser antes pero no después, ese momento volviendo del hospital fue que Lulú nos mandó el telegrama era 1 de abril y nosotros llegamos hacía el tres pero mi mamá murió el 15 de abril de 1967, fue el dolor más grande que pude tener, la enterramos  y por supuesto continúa allí, felizmente viven allí nietos y bisnietos que se ocupan de llevarle flores y rezar, todos están en una sola tumba a  perpetuidad, Lulú, René, Chichi,  Gordo y Flaco, todos los seres que amamos  y se amaron y ahora están juntos.

Mi mamá Susana Peña Peña

Yo retorné a La Paz con María mi sobrina hija de Lulú, en una flota, pero yo no volaba más en esos aviones, llegamos atontadas de tanto calmante para dormir y estaba el Nanhy con las tres hijas en la terminal, aun yo no sabía nada, Gladys se quedó no volvió conmigo, por eso me acompañó la Negra, así la llamamos a María, no es negra, llegué a la casa y qué había pasado, el Hernán se fue de viaje detrás mío, a Cochabamba dijo, la señorita Gaby, fue a visitarnos como siempre lo hacía al  menos día por medio y encontró a los 4 niños solos, tan buena ésta mujer que se quedó a  dormir y estar con ellos hasta que aparezca su padre o yo, pienso después de tantos años, 53 para ser precisos, y me siguió, creyó que yo le mentí y pensaba encontrarme en los brazos de un hombre a  todo dar, digo esto porque era su pensamiento, creía que al menos tenía dos o tres amantes, me martirizó  y me hizo sufrir mucho sin motivo, yo le decía si fuera así yo no estaría contigo, ojalá fuera cierto. Cuando me enteré que se había ido no sabía que decir, me enojé mucho, pero él cada día y cada vez hacía que yo me aleje más y más, la verdad, en esa época ya no lo podía ver ni oír. Lo único que esperaba era poder ganar más y dejarlo.

 A los 10 meses de la muerte de mi mamá, una noche 22 de febrero de 1968, me llamaron que mi papá se moría, la Tamara debe acordarse porque ella me acompañó llegamos y a los minutos murió mi papá, él estuvo muchos meses muy enfermo, sufrí mucho, pero jamás como sufrí cómo  por mi mamá, hasta el día de hoy lloro. 

Aimée, Charo Crespo, Nadia
Tatiana, Abuelo Adolfo, Cecilia